La Importancia de la Educación
El mundo que nos rodea genera en forma constante cambios sobre nuestro comportamiento, llevando a nuestro organismo a realizar acciones Voluntarias e Involuntarias, teniendo por un lado a aquellas que son impulsadas desde la propia conciencia del sujeto, mientras que por otro lado tenemos las que se efectúan en forma automática, relativas a la acción de los Órganos Sensoriales que permiten generar un estímulo de Percepción Sensorial que es transmitido a través del Sistema Nervioso hacia el órgano más importante, el Cerebro.
Es allí cuando esta información puede ser almacenada en nuestra Memoria y formando parte posteriormente de un Conocimiento, que nos sirve como experiencia previa ante la presentación de una situación similar, como también siendo la base de nuestro Aprendizaje, que consiste en un proceso acorde a nuestra evolución cognoscitiva y se divide en las distintas etapas de la Educación, donde nos formamos intelectual y culturalmente.
Estamos acostumbrados a recibir constantemente distintas pautas de Educación, desde los primeros momentos de vida donde se nos reprende por alguna acción prohibida (por ejemplo, no hacer caso ante un pedido) y se nos felicita cuando aprendemos algo nuevo, estimulándonos al aprendizaje de nuevas tareas y brindando Materiales Didácticos que ayuden al desarrollo de nuestro intelecto, desde Rompecabezas hasta aquellos Juegos de Ingenio que permiten ayudarnos a reconocer formas y colores.
Posteriormente llega la Educación Inicial donde el principal objetivo, además de aprender contenidos didácticos, es que desarrollemos la capacidad de Interactuar con Otros más allá de lo que es nuestra familia, el grupo social primario que integramos, y prepararnos posteriormente para la Educación Primaria Básica, donde comenzamos a hacer uso de nuestro intelecto aprendiendo nuestro lenguaje, realizando operaciones matemáticas y lógicas y nutriéndonos de contenidos culturales.
La educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos.
La educación es necesaria en todos los sentidos. Para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico; para nivelar las desigualdades económicas y sociales; para propiciar la movilidad social de las personas; para acceder a mejores niveles de empleo; para elevar las condiciones culturales de la población; para ampliar las oportunidades de los jóvenes; para vigorizar los valores cívicos y laicos que fortalecen las relaciones de las sociedades; para el avance democrático y el fortalecimiento del Estado de derecho; para el impulso de la ciencia, la tecnología y la innovación.
La educación siempre ha sido importante para el desarrollo, pero ha adquirido mayor relevancia en el mundo de hoy que vive profundas transformaciones, motivadas en parte por el vertiginoso avance de la ciencia y sus aplicaciones, así como por el no menos acelerado desarrollo de los medios y las tecnologías de la información.
En las economías modernas el conocimiento se ha convertido en uno de los factores más importantes de la producción. Las sociedades que más han avanzado en lo económico y en lo social son las que han logrado cimentar su progreso en el conocimiento, tanto el que se transmite con la escolarización, como el que se genera a través de la investigación. De la educación, la ciencia y la innovación tecnológica dependen, cada vez más, la productividad y la competitividad económicas, así como buena parte del desarrollo social y cultural de las naciones.
La experiencia mundial muestra la existencia de una estrecha correlación entre el nivel de desarrollo de los países, en su sentido amplio, con la fortaleza de sus sistemas educativos y de investigación científica y tecnológica. Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un año adicional de escolaridad incrementa el pib per cápita de un país entre 4 y 7%.
Atrás quedaron los tiempos en que se consideraba a las erogaciones en educación como un gasto. En la actualidad, el conocimiento constituye una inversión muy productiva, estratégica en lo económico y prioritaria en lo social.
En suma, la educación contribuye a lograr sociedades más justas, productivas y equitativas. Es un bien social que hace más libres a los seres humanos.
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